Los Chicos Sakawa

Si alguna vez has recibido uno de esos email donde la viuda de un multimillonario te pide ayuda para sacar $10 millones de dólares de una cuenta bancaria confiscada por algún gobierno foráneo, lo más probable es que el autor del email es uno de los tantos jóvenes que pasan sus días en un cibercafé en Ghana tratando de timar a cuantas personas sean lo suficientemente tontas como para caer en la trampa.

Estos jóvenes son parte de una nueva generación de Ghaneses que crecieron bajo la iniciativa del gobierno de Ghana que convirtió el país africano en una especie de meca tecnológica de África, donde la velocidad de los servicios de Internet no tiene nada que envidiarle a los países europeos. Sin embargo, a pesar de los millones de dólares que el gobierno Ghanés ha invertido en desarrollar una infraestructura tecnológica poderosa, la pobreza y el desempleo continúan impidiendo que muchos jóvenes consigan sus sueños de riquezas, y en su lugar, acudan a los cibercafés para conseguir con el fraude las riquezas que son imposibles de obtener legalmente.

Estos jóvenes son conocidos en Ghana como los “Chicos Sakawa”

En los años 70, muchos Ghaneses emigraron hacia Nigeria tratando de trabajar en los pozos petroleros del vecino país. Muy pocos lograron trabajos bien remunerados, pero si aprendieron de los nigerianos una técnica para lograr conseguir dinero fácil. Enviar cartas a desconocidos en países como Estados Unidos o Inglaterra donde pretendían ser adinerados negociantes buscando expandir sus negocios en otros países. Con la promesa de ganar millones de dólares, la victima enviaba dinero al supuesto negociante, quien por supuesto se embolsillaba el dinero sin dar nada a cambio.

Cuando los Ghaneses regresaron a su país, continuaron con este tipo de fraude, utilizando las técnicas que habían aprendido en Nigeria. Comenzó entonces una variación del fraude donde la religión africana se mezcló con el timo para crear toda una cultura llamada “Sakawa”. Antes de enviar sus cartas, los ladrones visitaban a los brujos o “jujus” quienes por una cierta cantidad de dinero, ponían un “hechizo” en los sobres aéreos que tenían el “poder” de convencer a los destinatarios para que les enviaran dinero a los remitentes.

Con el advenimiento de la tecnología, el timo tomó una nueva faceta y las cartas se convirtieron en emails. Ahora en vez de llevar las cartas a los “jujus”, los timadores llevaban los CD o las memorias portátiles que contenían miles de direcciones de emails para que los brujos hicieran los conjuros sobre ellos.

Muchas de las religiones africanas, consideran que los espíritus son entes neutrales y no juzgan a sus seguidores por sus acciones, sino por la forma como “pagan” sus tributos a la deidad. Un espíritu satisfecho con las ofrendas que ha recibido, puede ser utilizado para cualquier fin. Este tipo de neutralidad moral de la religión africana, fue perfecta para los estafadores ghaneses y el sincretismo entre la religión y la tecnología se fundieron en la práctica de Sakawa. Para ganar los favores de un espíritu, los Chicos Sakawa deben realizar una serie de ritos como traerle al juju una pieza de ropa manchada de sangre menstrual de una mujer joven, o dormir en un ataúd por varias noches Los juju demandan pagos en dinero, ropa y otros artefactos a cambio de sus servicios, y quienes incumplen la promesa de pago, reciben del juju un hechizo que no les permitirá ganar ningún dinero en sus “negocios”

Sakawa, se ha convertido en toda una subcultura practicada por miles de jóvenes que pasan sus días al frente de las computadoras o visitando a los “jujus” Estos jóvenes visten una moda “Sakawa” caracterizada por un estilo con ropa occidental moderna, que demuestra que han tenido éxito en sus “negocios” Todos saben, por ejemplo que si tienes entre 17y 25 años y manejas un carro, eres un “Chico Sakawa”. Esta subcultura se a ido permeando a otras áreas como el cine, la televisión y hasta la música. Grupos populares de música elogian los triunfos de los Chicos Sakawa y glorifican la vida glamorosa de quienes viven de este tipo de fraude.

La sofisticación de los Chicos Sakawa para realizar sus timos se ha ido refinando con el tiempo hasta alcanzar niveles profesionales. En vez de enviar miles de emails a desconocidos, ahora estos jóvenes vistan sitios románticos en Internet donde crean perfiles falsos con fotos de hermosas mujeres que buscan pareja. Una vez que son contactados por una victima, poco a poco comienzan a desarrollar una relación amorosa hasta lograr la confianza de la victima. Cuando lo logran, crean toda un historia trágica donde pretenden que necesitan dinero urgente para pagar una operación médica o cualquier otro motivo.

A pesar de que el gobierno Ghanés ha tratado de controlar el fraude por Internet, la realidad es los Chicos Sakawa son más populares que nunca, gracias a la glorificación de sus vidas en filmes y canciones y toda una nueva generación de jóvenes, ven la práctica Sakawa como la única vía para salir de la pobreza.

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