El alto costo de saber algo de tecnología

El otro día alguien de la familia me llamó porque su computadora tenía un virus. Después de decirle donde podía descargar un antivirus gratuito, su siguiente pregunta me dejó perplejo “¿y tengo que hacerlo con la Internet de mi casa o puedo usar el Wi-Fi de la casa de mis suegros?. Es que estoy de visita aquí y traje mi laptop.

Preguntas como esas sacan de quicio a cualquiera. ¿Cómo es posible que alguien no sepa que la Internet es la misma, sin importar desde donde te conectas? Es algo parecido a cuando le dices a una persona que estas ayudando por teléfono que vaya a un sitio web y en vez de escribir la dirección en la barra del navegador, se van a Google y escriben el nombre del sitio en la búsqueda, y claro, como salen decenas de resultados se pierden y nunca encuentran el sitio.

Para quienes por interés o por simple curiosidad hemos desarrollado con el tiempo un poco de conocimientos de tecnología, terminamos siendo el soporte técnico privado de familiares, amigos, vecinos y hasta los amigos de estos. La lista se vuelve interminable y lo que en un momento se convirtió en un hobby que disfrutábamos ahora se ha convertido en un trabajo no remunerado.

Hace como dos años me compré una cámara Canon SRL. Aprendí a usar PhotoShop y cada vez que tenía la oportunidad salía de mi casa los fines de semana para pasarme el día tomando fotos. Era mi tiempo privado que usaba para relajarme y disfrutar un día al aire libre, sin preocupaciones. Era un hobby que disfrutaba enormemente. Esta oración la escribí en tiempo pasado porque tan pronto como mis habilidades como fotógrafo aumentaron y mis ediciones con PhotoShop mejoraron, de pronto me convertí en el fotógrafo de la familia. Ahora me llaman para tomar fotos en bodas, bautizos, fiestas y hasta fotografías familiares para usar en las tarjetas navideñas. Me llueven los pedidos de familiares y amigos para que les edite fotos que son casi imposibles de arreglar porque están fuera de foco o se tomaron con cámaras baratas que apenas sirven. En estos momentos tengo en la casa dos CD llenos de fotos que me han traído y todavía están esperando por mi.

Tengo también el disco duro de un amigo que le falló y necesita que le ayude a recuperar todos sus documentos y fotos. Hasta hace unos días tenía también una laptop llena de virus y que no me quedó otro remedio que reinstalar el sistema operativo.

¿Y que me dicen de las llamadas por teléfono para pedir tu opinión sobre un producto? He perdido la cuenta de la cantidad de veces que familiares y amigos que me han llamado desde la tienda, al punto de comprar una nueva computadora para preguntarme “si la marca del producto es buena” Siempre tengo que esperar en el teléfono hasta que ellos consiguen un vendedor para que me diga las especificaciones del sistema, porque si les pregunto la cantidad de memoria que trae la computadora que quieren comprar, terminan diciéndome la capacidad del disco duro o si les pregunto algo sobre el disco duro, terminan leyéndome la cantidad de memoria que trae la tarjeta de video.

No quiero que me mal interpreten. Me gusta ayudar a quienes lo necesitan. De hecho cada vez que alguien me deja una pregunta en este blog trato de responderle y ayudarle en lo que pueda, pero eso es diferente a tener un desfile de gente tocando tu puerta o llamándote a todas horas.

Para lidiar con esta avalancha de pedidos me he vuelto un tanto “pasivo-agresivo” Cuando me traen uno de sus “proyectos” simplemente les digo que trabajaré en el, pero podré hacerlo cuando tenga tiempo libre. Pasada varias semanas sin hacerle nada, finalmente se dan por vencido y terminan llevándolo a un técnico para que se los arregle.

Me temo que después de las compras navideñas las llamadas de auxilio aumentarán exponencialmente. No faltará un amigo que me llamará para que vaya a su casa a instalarle el nuevo sistema de audio de 7.1 canales que compró y que ahora quiere conectarlo a un viejo reproductor de cintas VHS (si, dije VHS y no DVD porque aunque no lo crean todavía tengo amistades que se niegan deshacerse de esos sistemas) o del familiar que se compró una nueva laptop y tratará de conectarla a la Internet usando un modem en vez de un router con Wi-Fi (ya me han llamado para eso también)

Me gustaría escuchar de algunos de mis lectores que han tenido una experiencia similar. ¿Qué han hecho? ¿Cómo decirle que no a una amistad o un familiar sin que se ofenda?

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4 Responses to “El alto costo de saber algo de tecnología”

  1. Cesar

    Dec 03. 2011

    la verdad no hay como decirle a los familiares primos amigos parientes, sabes yo te lo puedo arreglar en tanto tiempo, por ejemplo el precio comercial de ese servicio es de $400 decirle yo te cobro $200 pesos, o si es camarada o hermano , una invitacion de tacos, suchi, o unas por otras

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  2. Leonardo

    Nov 29. 2011

    Nada que hacer, lo peor es cuando te llaman la atención por que tuviste la mala idea de olvidar lo que gratuitamente te pidieron. Hay que reconocer también que esto es en parte culpa nuestra, básicamente por que compartimos con otros nuestra afición. Algunos consejos, hacerse el ignorante y no tener esa respuesta automática frente a los problemas de los demás, lamentablemente corremos el riesgo de sentirnos muy mal por negar la ayuda a quien lo necesita.
    Y lo otro es no alardear de cada nuevo dispositivo que incorporemos a nuestro quehacer, y menos aún comentar las maravillas que es capaz de realizar.
    En resumen, y como lo dije al comienzo, nada que hacer, por que si seguimos estos consejos, dejamos de ser nosotros mismos…..

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    • admin

      Nov 29. 2011

      Es cierto Leonardo, el problema es que para nosotros mostrar un nuevo dispositivo no es alarde, sino una muestra de nuestra pasión por la tecnología.
      Gracias por tus sugerencias

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  1. Bitacoras.com - 2011/11/28

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