Científicos logran guardar datos en los átomos

atomos

 

Imagínense el contenido de todos los libros que existen en la biblioteca más grande del mundo almacenados en un dispositivo más pequeño que un grano de sal. Esto pudiera convertirse en una realidad no muy lejana, gracias al trabajo de un grupo de científicos de la Universidad de Tecnología de Delf en Los Países Bajos quienes desarrollaron un nuevo protocolo de almacenamiento atómico, según un estudio publicado en la revista científica “Nanotecnología Natural”.

Hasta ahora guardar información a nivel de átomos requería meses de intensa labor, acomodando los átomos uno a la vez para lograr inyectar un código binario de 0 o 1 en ellos. Sin embargo el nuevo sistema desarrollado por los científicos permite que los átomos se acomoden automáticamente, utilizando una mezcla de elementos atómicos del cloro y del cobre.

En el nuevo sistema, los átomos del cloro se unen de forma natural a los del cobre, creando una base estable que permitir grabar información, y a la misma vez, es los suficientemente flexible para permitir que los átomos se reacomoden cuando la data necesite ser borrada o escrita de nuevo.

El sistema binario se logra reajustando los átomos que se encuentra en una superficie cuadriculada con varias capas atómicas, de forma tal que la presencia de un átomo de cloro equivale a un 0 y su ausencia a un 1. Con una aguja del tamaño de un átomo, los investigadores lograron mover a su antojo los átomos de cloro, y grabar en código binario un ensayo del renombrado físico Richard Feynman sobre el tema de la nanotecnología

El almacenamiento de datos a nivel atómico es sumamente eficiente en cuando a la densidad (más datos guardados en un espacio mucho más pequeño), sin embargo los científicos todavía deben conquistar 2 grandes retos antes de que logren crear un dispositivo comercial. Uno es la velocidad de lectura (el prototipo usado solo logra leer 1 kilobyte por hora) y el otro es la temperatura a la que debe funcionar (-184 grados centígrados), sin embargo de acuerdo al equipo de científicos que desarrolló el protocolo el siguiente paso es encontrar una combinación atómica que pueda ser los suficientemente estable para que funcione en temperaturas normales y lo suficientemente rápida para que alcance la velocidad de los discos duros actuales. Según Sander Otte, quien dirigió el equipo que fabricó el prototipo, en teoría esto se puede lograr, ya que hay muchos equipos comerciales que trabajan a temperaturas aun más frías y teóricamente no existe un limite en cuanto a la velocidad con que el movimiento de los átomos se pueden detectar.  Otte dijo que ya su equipo está trabajando en un protocolo mucho más eficiente, basado en sus descubrimientos.

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